Una nueva recomendación librera de la mano de la libreria on-line libros 10 nos hace conocer este cuento estupendo.
Si tú entiendes la pesca como la entiendo yo, siéntate bien en el sofá, sillón o silla donde te encuentras y disfruta. Si me acompañas, en un pequeño paseo, hasta la Real Academia Española veremos que el término pescar tiene varias acepciones. Obviamente la primera hace referencia al mar, a los peces que cogemos de las aguas de mares y ríos, pero hay muchas más. Y es que, coloquialmente se pueden pescar desde personas hasta enfermedades, metas o significados.
La pesca es así, grande y amplia, por lo que hay muchas maneras de entenderla. En esta ocasión te proponemos pescar sentimientos. No me he vuelto loca, hay un tipo de pesca que deja a los peces (y personas) en libertad. Para que entiendas bien a lo que me refiero te propongo la lectura en casa de El pez que sonreía, de Jimmy Liao y editado por Barbara Fiore.
No sabemos bien cómo fue pero un hombre “pescó” un pez que le sonreía cuando pasaba por su lado. El hombre pensó que le sonreía porque quería ir con él… en realidad, le gustó tanto que se lo llevó a su casa, quería ser el dueño de ese pez. Ambos eran felices, el hombre con su vida y su nueva compañera, y el pez dentro de su pecera. Por la noche sucede algo extraño: el pez se va de la habitación y el hombre, intrigado, le sigue. ¿Dónde irá? Conforme avanzan los sentimientos afloran: naturalidad, alegría, nostalgia, libertad. El final lo tendrás que descubrir tú con tus peques en casa, pero te auguro un viaje maravilloso y revelador. Un viaje de esos que te hacen ver las cosas desde otro punto de vista y te cambian la vida.
El autor de esta historia es Jimmy Liao, y como siempre, nos lleva de un modo muy particular hacia los personajes y el hilo conductor de la narración. Sus cuentos tienen algo más (que a veces puede confundirse con complejidad), ese valor añadido que tienen los cuentos con más de una lectura. Las ilustraciones de El pez que sonreía son enigmáticas, muestran todos los pasos que dan los protagonistas como si de una película muda se tratara. En este sentido no dejes de buscar La noche estrellada y La luna se olvidó.
A primera vista este cuento no habla de la pesca, ni el protagonista es un pescador, pero narra la historia de un sentimiento que tiene mucho que ver con todo eso: la libertad. A menudo nos creemos dueños de todo, “pescamos” (no sólo peces) cuanto necesitamos sin mirar más allá. Pues bien, Jimmy Liao nos abre los ojos a pequeños y grandes lectores en este fabuloso pasaje de palabras e ilustraciones.
Por esta razón comenzaba diciéndote que el verbo pescar tiene muchos significados, pero como también te dije, seguro tú y yo lo entendemos de la misma manera: al revés del mundo, por eso El pez que sonreía es tu cuento. Palabra de librera.
¡Feliz lectura!
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